Desde hace años, el yoga ha sido un camino de autoconocimiento, conexión y transformación en mi vida. A medida que crecía mi práctica, también crecía el llamado interno de ir más allá: de comprender no solo las posturas, sino la filosofía, la energía y la intención que las sostienen. Por eso decidí emprender el estudio de las 200 horas de formación, como una ofrenda a mi crecimiento personal y a la sabiduría ancestral que el yoga representa.



